Por: David Palau, Director Cloud & Datacenter en IaaS365
¿Pensando en migrar al cloud? No es la pregunta que se hacen ya los CIOs de las compañías. Los analistas coinciden y son claros en este punto, constatando una tendencia al alza del mercado del cloud que se mantendrá y ampliará durante 2020 y 2021. Ahora mismo no hay empresa que esté pensando en renovar su infraestructura IT en modelos tradicionales, sino que ya están basando estos proyectos en modelos cloud. Por eso, la pregunta de si cloud sí o no ya no es la duda de los CIOs, si no que surgen otras como, qué hay que implementar primero, cómo lo hago y qué modelo es el que más me conviene o cuál es el grado de seguridad que puedo aportar a mi plataforma en la nube.
Entre las posibilidades que nos ofrece, hay dos rutas muy claras y que se dan también en el mercado español, que son los entornos multi cloud y el auge de la nube híbrida. Por un lado, muchas compañías están basando su estrategia en la nube en soluciones multi cloud al tratarse de un modelo flexible ideal cuando se tiene claro, tras analizar la infraestructura y aplicaciones, que es necesario usar diferentes nubes para diferentes propósitos. En este caso desde IaaS365 lo que recomendamos es, en primer lugar, apoyarse en un Managed Services Provider (MSP) que añada a las capas de IaaS /PaaS servicios profesionales optimizados para este tipo de entornos y que sirva de único punto de contacto ayudando al cliente a evolucionar y operar en el cloud híbrido. Y, en segundo lugar, que se eviten proveedores “industrializados” para aplicaciones y servicios core de la compañía salvo que su departamento de TI pueda y decida asumir la responsabilidad de gestionar con personal propio la renovación de conocimiento y capacidades técnicas que este paso requiere.
Por otro lado, nos encontramos con la creciente apuesta por la nube híbrida. En muchas compañías se encuentra esta situación de convivencia, en la que hay procesos de negocio que necesitan continuar en modelo legacy, mientras otros aplicativos se pueden migrar sin problemas al cloud. En IaaS365 trabajamos en este sentido sobre la base de un modelo adaptativo y flexible. Lo más importante en una estrategia cloud es cumplir los objetivos de negocio de cada empresa, ya sean de disponibilidad, seguridad, continuidad, rendimiento o usabilidad, entre otros. Y debe poderse abordar la migración al cloud no como un proceso cerrado y acotado. La transformación digital dentro de las compañías puede avanzar a distintas velocidades con inversiones cloud flexibles, elásticas y optimizadas en coste, como es el caso del modelo híbrido.
En este sentido no hay una hoja de ruta estándar y única a la hora de migrar al cloud que se pueda aplicar a todas las empresas por igual. A la hora de elegir es necesario en primer lugar, no verlo como un todo tratando de encasillarlo en un único modelo. Por otro lado, hay que considerar cada proceso core de la compañía como un proyecto individual y buscar el mejor formato de IT para implementarlo y hacerlo al ritmo que requiera. Y finalmente, confiar como hemos comentado en un MSP que ayude a evolucionar hacia la adopción del “Data Center como Servicio” facilitando la unión de todas las piezas. Y es aquí donde se encuentra el eje y palanca del aporte de valor de IaaS365.
Es decir, un data center es lo que es. Puede tener distintas versiones, mutaciones y ubicaciones, pero lo realmente importantes es contar con un especialista que nos ayude a consumirlo de manera ordenada y coherente. Por eso en IaaS365 partimos de entender las características y las casuísticas del punto desde el que se empieza, tales como qué negocio tiene el cliente, cómo lo atiende, qué procesos son pilares para él o cómo lo está articulando con su infraestructura actual. Y, a partir de ahí es cuando empezamos a desarrollar distintos niveles de solución, pensando que efectivamente no todo el mundo necesita el mismo escenario, ni los mismos niveles de resiliencia, ni los mismos recursos de computación. ¿Qué es lo que sí necesitamos todos? Un modelo cloud hecho a medida, flexible y adaptativo que nos ayude a optimizar costes, en el que el tiempo de despliegue sea mínimo y que no se produzcan fallos. Y ahí sí que todos partimos del mismo punto.
